Cultura

Escritores contemporáneos de viaje

2017-08-22 353 Vistas

William Dalrymple es el máximo exponente de la literatura de viajes actual. Su obra es la perfecta unión entre la erudición humanística y la cercanía que siempre transmiten sus personajes.

La literatura de viajes nació en la antigua Grecia, como nos recordó en su ponencia del año pasado el helenista Carlos García Gual. Destacables son las obras de Heródoto, considerado el padre de la disciplina, o del cronista Pseudo Calístenes, quien retrató la gran epopeya de Alejandro Magno, centrándose en sus viajes más que en sus conquistas. A lo largo de los siglos, el género ha sufrido muchos cambios, aunque se podría afirmar que desde el romanticismo las principales figuras han sido de origen británico. Una tradición que comenzó en el siglo XIX con el polifacético Richard Burton (1821-1890) y continuó en el siglo XX con una serie de figuras inimitables que viajaron por el gusto de viajar.

De la primera mitad del siglo cabe destacar a Robert Byron (1905-1941), quien no se cansaba de repetir que no guardaba ningún parentesco con la excelsa figura de la lírica romántica. El Byron que nos compete no tuvo la fortuna de la longevidad, murió a los 35 años cuando el buque en el que navegaba fue hundido por un submarino alemán, aunque ello no le impidió dejar una extensa bibliografía. Viaje a Oxiana narra un maravilloso y elegante viaje, como corresponde a un británico de la época, desde Venecia hasta Peshawar.

En la segunda mitad del siglo XX sobresale Sir Patrick Leigh Fermor (1915-2011), quien por fortuna sí tuvo una vida longeva, puesto que si hubiese muerto a los 35 años no hubiese publicado ninguna de sus obras. Sus dos obras mayores, que forman parte de una trilogía que nunca llegó a completar, son Tiempo de regalos y Entre los bosques y el agua. Narran un viaje que realizó con 18 años y retratan una preciosa y carismática Europa central que se perdió engullida por el totalitarismo alemán y el soviético.

El último de esta tradición, a quien, esperemos, le quedan muchos libros por publicar, es William Dalrymple (1965). Aunque sus obras más recientes versan sobre la historia de la India decimonónica (Return of a King: The Battle for Afghanistan o The Last Mughal: The Fall of Delhi, 1857), entre sus libros se le ha escapado alguno de viajes, como el espiritual Nueve vidas: En busca de lo sagrado en la India de hoy. Es, sin duda, uno de los mejores narradores de viajes contemporáneos, y de él destaca su descripción de la arquitectura, el conocimiento histórico y su personal análisis de los elementos socioculturales.

Sus dos mejores libros del género nos trasladan a una ciudad y unas religiones que, prácticamente, han desaparecido: Monte Santo: Viaje a la sombra de Bizancio, donde recoge los ritos de las antiquísimas minorías cristianas de Oriente Próximo, amenazadas por el proceso de islamización de la región; y su otra obra maestra de este género, La ciudad de los Djinns, donde describe la Delhi previa a la gran eclosión india causada por la apertura económica de principios de los 90.

Su literatura es la perfecta unión entre la erudición humanística y la cercanía que siempre transmiten sus personajes, entre la sabiduría y el fatalismo.

Fernando Dameto. Profesor. IE Humanities Center