Turismo, Cultura
“Picasso / Lautrec”
Museo Thyssen-Bornemisza / Madrid
Hasta el 21 de enero de 2018
- Retrato, caricatura, pastiche
- Montmartre, entretenimiento y cultura popular
- Bufones, saltimbanquis, seres marginales
- Elles
- La sala reservada
Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901) y Pablo Picasso (1881-1973) nunca se conocieron. Cuando Picasso visitó París por primera vez, en octubre de 1900, Lautrec ya estaba muy enfermo y moriría prematuramente un año después. Sin embargo, la obra radical de Lautrec, su modo de percibir la modernidad, produjo un impacto muy potente en el joven Picasso. A través de él descubrió el pluralismo de la sociedad moderna que condicionó su manera de entender el arte.
A pesar de ser bien conocidas estas afinidades, “Picasso / Lautrec” es la primera exposición monográfica dedicada a la comparación de estos dos grandes maestros de la modernidad. A través de más de un centenar de obras organizadas en torno a los temas que interesaron a ambos -los retratos caricaturescos, el mundo nocturno de los cafés, cabarets, teatros, la cruda realidad de los seres marginales, el espectáculo del circo o el universo erótico de los burdeles- se podrá comprobar que el diálogo de Picasso con Lautrec, con influencias y coincidencias, no se limita exclusivamente a la obra temprana del pintor español, sino que atraviesa toda su producción artística y llega hasta su etapa de madurez.
La carrera artística de Lautrec apenas duró quince años, la de Picasso sin embargo más de siete décadas. Los dos fueron genios artísticos desde la infancia, se sintieron atraídos por París en su juventud y rechazaron la enseñanza académica que les impusieron. Pero, sobre todo, el dominio del dibujo sería una de las claves que daría sentido a la obra de ambos. Tanto Lautrec como Picasso dibujaron compulsivamente toda su vida, tenían una predisposición especial para la línea y la caricatura y desde muy jóvenes rellenaron con extraordinaria destreza centenares de cuadernos con sus dibujos. Se puede afirmar que ambos pensaban y se expresaban dibujando y cualquier nueva obra venía precedida de innumerables ensayos y experimentaciones en papel.
Pero quizá su modo de mirar es lo que más les vincula. Lautrec aborda en su obra transformaciones que no son una simple cuestión de descripción, sino también de percepción: las perspectivas distorsionadas y antinaturales, las figuras cortadas por el borde del marco o la captación del motivo desde detrás de los personajes, responden a la intención de incorporar al espectador en la escena. Picasso, por su parte, avanza un paso más al someter las formas pictóricas a un proceso de reducción, destrucción o metamorfosis, que ya estaba presente de modo incipiente en algunas imágenes de Lautrec.