Gastronomía, Turismo

Turismo gastronómico: viajar para comer

Roberto Cabezas Moreno 2024-04-30 1460 Vistas

Las previsiones para la industria turística en este año 2024 no pueden ser mejores. Según datos de varias consultoras y de las asociaciones empresariales del sector, España recibirá 91 millones de visitantes extranjeros, un 7% más que el año pasado. A este dato hay que sumar los desplazamientos y viajes del turismo nacional, que no paran de crecer y que poco a poco van consolidando un turismo diferente al de la básica oferta de sol y playa.

El atractivo de la gastronomía española

Rosa Llorca, concejala de Turismo del Ayuntamiento de La Vila Joiosa: "Cuando uno está programando sus vacaciones, el lugar donde va a comer o la gastronomía del sitio en el que se va a instalar tienen una gran importancia, sobre todo en el turismo nacional”.

Está previsto que los visitantes extranjeros dejen en nuestras arcas un total de 125.000 millones de euros. ¿Qué es lo que más les atrae de nuestro país? Pues la seguridad, la calidad de los alojamientos, las infraestructuras, nuestra hospitalidad y … nuestra gastronomía. Este empieza a ser un factor determinante a la hora de viajar, sobre todo en un tipo de turismo de alto nivel de gasto.

Destinos gastronómicos en España

Tony Mayor, chef de El Posit: “El turismo gastronómico es un fenómeno indiscutible. Yo mismo, si viajo por nuestro país o al extranjero siempre planifico donde voy a comer. Nosotros aprovechamos el tirón de ser una taberna valenciana para dar a probar algunos platos y productos que no se comen en otro sitio”.

En la localidad de la Marina Baixa, elegida como mejor destino secreto de toda Europa, encontramos el restaurante Zerca Food, cuya cocina es un atractivo indiscutible para los turistas extranjeros, sobre todo escandinavos e ingleses.

Zerca Food, Villajoyosa

Muy cerca del Puerto Deportivo, podemos visitar dos locales cuya oferta gastronómica funciona como un imán para el turismo ávido de nuevas sensaciones. En primer lugar, El Hogar del Pescador, un establecimiento de alta cocina reconocido con un Sol Repsol y ubicado en un lugar excepcional. En segundo lugar, El Posit cuya apuesta culinaria es atrevida y sorprendente.

Ca Joan, Altea

La Marina Baixa es rica y variada en atractivas ofertas para el paladar. Siguiendo el litoral en dirección norte, recalamos en Altea, villa gastronómica por excelencia, donde el repertorio de sabores, lugares y tradiciones culinarias se muestra en toda su diversidad.

Xe Que Bò, Altea

- Ca Joan, exponente de las mejores carnes,

- Xe Que Bò, una leyenda en la cocina marinera,

- El chiringuito El Cranc, un clásico tanto por su elaborada cocina como por su magnífica ubicación, a orillas de un mediterráneo casi siempre azul y tranquilo. Pepa Navarro pilota el chiringuito y está a los mandos al mismo tiempo de otra joya gastronómica: el restaurante L’Olleta.

Pepa Navarro: “A mis locales vienen todos los días gente desde muy lejos sólo para comer. Ya tenemos a nuestras espaldas un largo recorrido y la única estrategia que llevamos adelante es seguir haciendo las cosas más o menos igual, porque somos un referente en España”.

Un establecimiento con especial encanto para seguir disfrutando la oferta turística de Altea es el Hotel Abaco, construido sobre una antigua panadería del siglo XVIII y ubicado muy cerca del centro histórico de la localidad. “Nosotros animamos a nuestros huéspedes a que descubran la experiencia gastronómica de Altea, con toda su variedad, algo que nos parece irrepetible”, asegura Adelina Caparo, directora gerente del hotel.

Estrategias para potenciar el turismo gastronómico

El turismo gastronómico no sólo busca restaurantes y ofertas a la orilla del mar. La cocina de montaña es también una razón atractiva para el visitante explorador de sabores. “Hay un viajero nacional que combina el senderismo, las rutas o el turismo rural con la comida típica del interior, carnes a la brasa, arroces de todo tipo, platos de caza o la famosa Olleta de Blat”, nos asegura Carmen Ximo, responsable de turismo de Benimantell, una localidad en la montaña alicantina.

Nosotros hemos tenido que adaptar nuestra carta a este turismo gastronómico e incluir menús degustación”, nos dice Katya Platero, responsable del restaurante Rice, situado en Finestrat. “Hay un turismo nacional que lo viene buscando, pero también turistas rusos, franceses o italianos”.

Rice, Finestrat

Hay estrategias comerciales y políticas muy claras para atraer y cuidar este turismo gastronómico. Tiene un alto nivel de gasto, contribuye a mantener y potenciar las tradiciones culinarias, no es masivo y es, en términos generales, respetuoso con los usos sostenibles. “Nosotros tenemos una estrategia transversal, en la que participan varios departamentos, y lo fundamental es contar con el sector privado”, asegura Rosa Llorca desde la Vila Joiosa. “Es la única forma de dar una oferta de calidad y de ponerla en escena”.