Cultura

10 obras maestras de la Galería Tretiakov

2018-10-22 1015 Vistas

¿Solo tienes una hora? Las deberías ver.

Pável Tretiakov probablemente no tenía ni idea de la popularidad que alcanzaría su colección privada de pintura, Hoy, la Galería Estatal Tretiakov es el principal depósito de arte nacional ruso. Es verdad que uno puede pasar horas caminando por sus pasillos, pero echemos un vistazo a las obras más importantes, por si tienes poco tiempo.

 

  1. Andréi Rubliov. Trinidad

La colección de iconos de la Tretiakov es asombrosa y alberga algunos de los mejores ejemplos del arte de la Rus de Kiev del siglo XII. Uno de los iconos más emblemáticos es Trinidad (1425-1427) de Andréi Rubliov, el artista religioso más famoso de la historia de Rusia.

Un dato curioso: la primera persona que exhibió iconos en público fue el famoso empresario de ballet ruso, Serguéi Diáguilev, un fiel admirador de Tretiakov. Incentivó la cultura rusa en el extranjero a principios del siglo XX, cuando realizó una gira por Europa con su grupo de bailarinas de ballet y artistas.

 

  1. Valentín Serov. Niña con melocotones

Serov era un maestro del retrato. Emperadores rusos y miembros de la familia real posaron para él, al igual que otros contemporáneos famosos: compositores, escritores, artistas… Pero una de sus obras de arte más aclamadas es el retrato de Vera Mámontova de doce años, Niña con melocotones (1887).

El artista capturó aquel momento de forma accidental: Vera acababa de tomar asiento cuando él llegaba a su casa. El padre de la niña era Savva Mámontov, un poderoso empresario y mecenas del arte. Serov recordó que deseaba reflejar la frescura de la niña y la luz que emanaba.

Estas son las dos pinturas más importantes que se encuentran en la primera planta de la galería. Ahora, ¡subamos a la de arriba!

 

  1. Iván Aivazovski. Arco Iris

Cada subasta importante de arte ruso en el extranjero cuenta al menos con una pintura de este aclamado artista que dibujaba el mar. Su obra maestra, La Novena Ola, cuelga de las paredes del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo. Sin embargo, la Galería Tretiakov tiene algunas de sus otras obras, entre las que se encuentra Arco Iris (1873).

 

  1. Konstantín Flavitski. Princesa Tarakánova

A pesar de que hay otras obras maestras que llamarán tu atención cuando atravieses las salas de la Galería Tretiakov, te aconsejamos que te tomes un minuto para disfrutar de este dramático lienzo. El cuadro Princesa Tarakánova (1864) representa una inundación en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo. La llamada Princesa Tarakánova (su verdadero nombre nunca se conoció) estaba en prisión por afirmar falsamente que era hija de la emperatriz Isabel (1709-1762).

Fíjate en las paredes oscuras de su celda y la desesperación en su rostro cuando se da cuenta de que el agua está subiendo de forma inexorable y que nadie vendrá a rescatarla. La historia de la joven es real, aunque ésta no muere ahogada sino que contrae la tuberculosis y fallece en la fortaleza en diciembre de 1775, después de pasar solo diez meses encarcelada.

 

  1. Alexánder Ivanov. La aparición de Cristo ante el pueblo

Pável Tretiakov solo pudo comprar los bocetos de esta pintura gigante, en la que su creador trabajó durante veinte años (1837-1857). La obra maestra de Ivanov fue adquirida por el emperador Alejandro II, y solo en el siglo XX apareció en la Galería Tretiakov, colgada en una sala separada.

Puedes mirar durante horas La aparición de Cristo ante el pueblo y aun así no comprender todos sus detalles, símbolos y figuras. Tómate tu tiempo y examina esta obra desde diferentes distancias y ángulos.

 

  1. Iván Shishkin. Mañana en un bosque de pinos

No se puede confundir a este pintor con ningún otro: a Shishkin se le atribuyen las mejores representaciones de los bosques rusos en cualquier momento del día y en cualquier época del año. Originalmente, Mañana en un bosque de pinos (1889) no tenía osos, y luego fueron añadidos por otro artista, Konstantín Savitski. Por una razón desconocida, Pável Tretiakov eliminó el nombre de Savitski del título de la pintura.

En la época soviética, un fragmento de la pintura se convirtió en un envoltorio para el famoso bombón de chocolate: “Mishka Kosolapi”.

 

  1. Víktor Vasnetsov. Bogatyres

Vasnetsov dedicó toda su vida al arte folclórico, y la mayoría de los rusos se imaginan a los famosos personajes de los cuentos populares tal y como los representó este pintor. Bogatyres (1898) es una de las principales obras de Vasnetsov, en la que trabajó veinte años, y representa a los héroes eslavos: Dobrinia Nikítich, Iliá Múromets y Aliosha Popóvich.

Antes de continuar, disfruta del misterioso y mágico mundo del folclore ruso representado en otras dos pinturas de Vasnetsov que se encuentran en la misma sala: Aliónushka y El Zarevich Iván cabalgando al Lobo Gris.

 

  1. Vasili Súrikov. La boyarda Morózova

Este artista creó varias obras históricas monumentales que reflejan el espíritu y los paisajes de Rusia. La boyarda Morózova (1884-1887) es uno de los paneles más impresionantes y emotivos del arte ruso. Por su afiliación religiosa como vieja creyente, esta noble mujer medieval fue exiliada a un monasterio, lo que era equivalente a estar en una cárcel en aquella época.

La dramática historia detrás de esta pintura refleja uno de los problemas más importantes en la Rusia del siglo XVII: la reforma de la Iglesia Ortodoxa causó una división interna en el país. Aquellos que permanecieron fieles a las viejas costumbres fueron referidos posteriormente como Viejos Creyentes y perseguidos por el estado.

 

  1. Iliá Repin. Iván el Terrible y su hijo

Las obras más famosas de Repin, Los sirgadores del Volga y Cosacos zapórogos escribiendo una carta al Sultán se encuentran en el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo. La Tetraiakov cuenta con un retrato de Lev Tolstói, El visitante inesperado, así como el óleo Iván el Terrible y su hijo, que es la mejor opción si tienes un tiempo de visita limitado.

Repin quedó embelesado con la historia del impulsivo Iván el Terrible, que había matado a su único heredero (en aquel momento) durante una discusión. Observa el miedo y el pánico en los ojos de Iván. Repin trabajó duro en esta imagen, tratando de encontrar la expresión correcta de su rostro.

 

  1. Mijaíl Vrúbel. Demonio sentado en el jardín

Mijaíl Vrúbel colaboró en el proyecto de la celebración del aniversario del poeta Mijaíl Lérmontov, haciendo unos treinta bocetos para su poema “Demonio”. Claramente, el lienzo de Vrúbel, Demonio sentado en el jardín (1890), se inspiró en el personaje de Lérmontov, un ángel caído, una criatura eternamente triste y sufridora que simboliza las contradicciones internas de una persona.