Cultura
Atrapado
Madrid, 10 de junio de 2014
Quería una vida más rica, quería una vida dedicada a una pasión, quería una vida por escrito. Y se puso a ello.
Escribía y escribía, y no dejaba de decir que lo estaba haciendo, y además lo recomendaba, diciendo como otros con mucho sentido, que para escribir sólo hacia falta tener algo que decir y decirlo. El asunto fue pasando a mayores y pasándose de sentido, pues no paraba de decir cosas escribiendo, y tampoco paraba de recalcar las bondades de lo que estaba haciendo.
Él mismo iba sintiendo que se le iban las manos y la cabeza en una especie de rítmico movimiento de escritura, como si no supiese hacer otra cosa. Tenía la extraña sensanción de que por momentos se convertía en un instrumento, como si fuese simplemente un medium de algo escrito en otra parte.
La pasión ya no le hacía tanta gracia, porque simplemente no podía parar de escribir, y nada cobraba sentido, si no lo escribía. Cuando se dio cuenta de que había dedicado su vida a una pasión, exactamente lo que había querido, también se dio cuenta de que él mismo estaba escrito, atrapado, sin remedio.
Dibujo: Miguel Panadero
Texto: José Félix Valdivieso. Director de Comunicación. IE Business School
El cuento pertenece al libro Dibugrafías de Miguel Panadero y José Félix Valdivieso, editado por la editorial Libros.com. El libro se puede adquirir aquí