Educación

Laude Palacio de Granda

2016-09-13 311 Vistas

¿Un internado? ¡Nunca! Jamás podría enviar a mi hijo a un centro educativo de esas características… ¿Qué haría él sin mí?

Tradicionalmente, se consideraba el ser residente o interno en un colegio como una forma de castigo. Sin embargo, en los últimos años, gracias a Harry Potter y a la facilidad para viajar que existe actualmente, los padres han podido ver con sus propios ojos lo beneficioso que es para sus hijos pasar una temporada fuera de casa en una residencia de estudiantes.

El apoyo en los estudios es uno de los principales objetivos, y para ello, en Colegio Palacio de Granda, contamos con personal cualificado y entregado que ofrece a los alumnos guía y estímulo cada tarde a la hora de hacer los deberes, y también durante parte del tiempo los fines de semana que pasan en el colegio. Esto permite liberar de una presión considerable a los padres ocupados. También anima a los alumnos a ser independientes y al mismo tiempo a trabajar juntos y a centrarse para alcanzar su verdadero potencial. Desde los más pequeños hasta aquellos jóvenes que preparan su acceso a la universidad, cada alumno está respaldado por profesores entusiastas y con auténtica vocación que conseguirán motivarlos perfectamente. Se valora y aprecia a cada uno de los niños.

Para aquellos que viven un poco más lejos y no desean hacer recorridos largos en autobús, la opción semanal o la posibilidad de coger días sueltos es una gran ventaja. Esto también permite que familias de otras partes de España encuentren una educación de excelencia aquí en Palacio de Granda, en pleno corazón de Asturias. Al formar parte del INTERNATIONAL SCHOOLS PARTNERSHIP, el centro abre sus puertas a otros colegios internacionales de la corporación global, ofreciendo a sus alumnos una oportunidad única para combinar cursos y recibir a residentes de otros países que deseen aprender más sobre la cultura española y estudiar el currículum español.

En el colegio, fomentamos unos valores muy sólidos “Trabajar duro y divertirse mucho”. La residencia ofrece el equilibrio perfecto de estudio y vida social, y oportunidades para aprender y desarrollar habilidades básicas para la vida que ayudarán a los niños a crecer con confianza, organización y madurez, mientras pasan tiempo lejos de casa, conviviendo con sus amigos y con el personal siempre comprensivo y amable. El hecho de aprender a ser más organizado, responsable y más consciente de las necesidades de los demás constituye una parte esencial de su desarrollo que ayuda a nuestros hijos a crecer y a madurar. La vida en la Universidad puede ser una etapa difícil para aquellos que jamás han vivido la experiencia de aprender a cocinar, lavar su ropa o planchar una camisa, además de otras tareas cotidianas que suelen ser parte de la rutina en el internado. Entre semana, hay extraescolares, y los fines de semana, se realizan actividades y salidas especiales para entretenerse y divertirse entre los períodos de estudio.

La elección de la educación más adecuada para sus hijos es, probablemente, una de las decisiones más importantes que uno ha de tomar. Flor Serrano, madre de Eugenia que ha realizado el Bachillerato en la residencia del colegio, resumía con una frase el paso de su hija por el colegio en el día de su graduación:

“¿Dónde mejor?”

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