Turismo

Parador de Gredos (Ávila)

2016-09-19 612 Vistas

Entre aguas cristalinas, agrestes rocas y verdes pinares de la Sierra de Gredos, se atrincheran desde 1928 los regios muros de piedra del Parador de Gredos.

El gran promotor del excursionismo trepador y montaraz de estos lugares fue el rey Alfonso XIII. A la aspereza del camino y a las bellezas de la sierra se debió, cuentan, la decisión de construir un refugio real de caza en los alrededores de Navarredonda. Su Majestad no pudo sospechar entonces que estaba inaugurando el primero de los hoteles de la red de Paradores de España: Parador de Gredos (Ávila).

Tras muchos avatares y aventuras, este establecimiento es incuestionable preferido punto de mira: por sus insólitas naturalezas, por sus climas tan duros como gratificantes y saludables, por sus famosos e insólitos lugares para paseos y excursiones. Las vivas muestras de pasos y posos, las fértiles navas y los sobrecogedores picos son una misteriosa mixtura de historias, geografías y climas caprichosos.

En un ambiente primaveral puede que el termómetro marque bastantes grados bajo cero. Las primaveras locales resultan a menudo de gozosos amaneceres y atardeceres. Los inviernos son secos, helados pero con frecuencia soleados. Los otoños suelen ser ventiscosos, ariscos de luces mortecinas pero propicios a la penumbra de las chimeneas…

En el interior, la decoración rústica hace que sea un lugar acogedor y señorial a la vez. Salones con chimeneas, clásicos y antiguos muebles que huelen a cera reciente. Y la terraza balconada hacia los pinares, acogedora, espaciosa, silenciosa: de esos sitios en los que el tiempo pasa de puntillas…

El majestuoso edificio regala bellas panorámicas del Valle de Tormes, la Sierra de Piedrahita y Béjar, y el macizo de Gredos. El hotel es punto de partida perfecto para excursiones a lugares únicos como la Laguna de Gredos; en Navarredonda – Iglesia de San Benito, del S. XIII y la de la Asunción, del S. XVI, con muy valiosa custodia de plata; en Hoyos del Espino – la santa Sede consagradora del turismo de este Gredos; en Cebreros – lustrosa villa medieval con la Iglesia Vieja del S. XV y la de Santiago que guarda interesantes retablos; en El Barraco – Iglesia gótico-renacentista de importante traza y respetable retablo; en Burgohondo – convento de agustinos y abadía poderosa del S. XII, con la Iglesia de Santa María, joya románica con certificado de Monumento Histórico.

Si el viajero tiene inquietudes deportivas, en el Parador le informarán pormenorizadamente de una serie de actividades posibles de practicar desde estos Gredos: senderismo, montañismo, hípica, ala delta, etc.

Aquí encontrará lugar ideal para el disfrute de la gastronomía de la zona, famosa por las sabrosas judías del Barco y el chuletón de ternera. Comer por estos Gredos norteños puede ser un rito mucho más que nutritivo, aunque escasamente recomendable para estómagos pusilánimes. Este primogénito y real establecimiento presume, con sobradas razones, de una carta de muy difícil comparanza.

http://www.parador.es