Salud
¿Cuáles son los síntomas de unas defensas bajas y cómo recuperarlas?
Tener las defensas bajas es siempre un mal augurio para nuestro cuerpo: estamos expuestos a que infecciones, virus y bacterias proliferen en nuestro organismo y, sobre todo, nos costará muchísimo más recuperarnos de ellas. En realidad, cada día podemos hacer muchas cosas por mejorar nuestro sistema inmunitario y conseguir mantenerlo en el mejor estado posible con rutinas sencillas y saludables.
Hoy en día, probablemente más que nunca, tener las defensas bajas puede ser realmente preocupante. Por eso, en este artículo hemos reunido la información más relevante para que todo el mundo pueda conocer cuáles son esos malos hábitos que condenan a nuestras defensas, qué hábitos saludables podemos incluir en nuestro día a día para mejorar este aspecto de nuestro organismo y, por supuesto, cuáles son los principales síntomas que nos avisan de que nuestras defensas pueden estar por debajo de los límites recomendados.
Además, os recomendamos que echéis un vistazo al blog Tu Equilibrio y Bienestar si queréis ampliar información sobre este tema y encontrar consejos y cuidados para la salud escritos por profesionales sanitarios (como médicos, farmacéuticos…)
Defensas bajas sintomas →Malos hábitos para tus defensas
El principal hábito que condena nuestras defensas a una bajada sin frenos es la alimentación. Nuestro cuerpo se nutre constantemente de las vitaminas y minerales que tienen los alimentos naturales para mantenerse saludable; por eso, una mala alimentación que no incluya de forma constante alimentos de origen vegetal y animal será probablemente, la principal causa de una bajada de defensas.
También suele ser muy normal que las dietas para bajar de peso que no estén supervisadas por un endocrino o un profesional titulado en Nutrición y Dietética provoquen que las defensas disminuyan su eficacia. Al retirar ciertos alimentos con la excusa de la pérdida de peso, el cuerpo deja de recibir las sustancias que necesita para mantenerse saludable.
Otros malos hábitos que pueden provocar la bajada de defensas pueden ser la falta de sueño o la poca calidad del descanso, el estrés y la ansiedad o ciertas patologías que llevan asociada la inmunodeficiencia.
Principales síntomas de unas defensas bajas
El método principal para conocer en qué estado se encuentra nuestro cuerpo es, sin ninguna duda, escucharlo. Y esto funciona de la misma manera para saber si tenemos las defensas bajas: nuestro cuerpo nos envía constantemente información que podemos recoger, sobre todo, para tomar medidas que nos ayuden.
En este caso concreto, los principales síntomas asociados a unas defensas bajas pueden ir desde la aparición de jaquecas y dolores de cabeza, sensación de mareo y cansancio durante el día, pérdida de cabello o la aparición de llagas en la zona de la boca.
Asimismo, se consideran síntomas de defensas bajas las náuseas y los vómitos, la aparición de infecciones de garganta recurrentes (amigdalitis, laringitis, faringitis…), notar sequedad en los ojos o sufrir de forma constante catarros, gripes o gastroenteritis.
Sea como sea, estas son algunas pautas generales que nos permiten identificar que algo raro pasa en nuestro cuerpo, que puede estar ocasionado por una bajada de nuestras defensas y, por tanto, por un debilitamiento de nuestro sistema inmune.
Lo óptimo es que, si sospechamos que podemos tener las defensas bajas, acudamos al médico de cabecera para que él pueda aconsejarnos y realizar las pruebas que sean oportunas para dar con la mejor solución.
Hábitos saludables para favorecer el desarrollo de tu sistema inmune
Así como existen ciertos hábitos poco saludables que afectan al correcto desarrollo de nuestro sistema inmunitario, también existen medidas que podemos tomar para mantenerlo en los índices correctos y no tener que lamentar, a la larga, una bajada de nuestras defensas.
En primer lugar, hay que destacar el hecho de llevar una vida saludable: practicar ejercicio físico moderado y una buena dieta basada en alimentos naturales son dos de los factores que más pueden influir en mantenernos sanos.
Nuestra alimentación, por ejemplo, tiene un papel muy importante a la hora de cuidar nuestras defensas. Debemos apostar siempre por productos naturales, reduciendo la ingesta de azúcares y grasas naturales, y priorizando frutas, verduras, hortalizas, cereales, legumbres o frutos secos.
Además, también es muy importante mantener la salud de nuestro sistema digestivo, por ejemplo, complementando nuestra dieta con probióticos. Estos nos ayudarán a que las vitaminas y minerales se absorban mucho mejor en el proceso de la digestión, favoreciendo el mantenimiento de un sistema inmune fuerte y sano.
Finalmente, otro hábito increíblemente sencillo, que todo el mundo puede aplicar fácilmente y que no tiene ningún tipo de excusa para no utilizarlo es lavarse las manos con asiduidad. Manteniendo limpias nuestras manos, lavándolas con agua tibia y jabón neutro, conseguiremos neutralizar las principales amenazas de virus y bacterias, favoreciendo el correcto desarrollo de nuestro sistema inmunitario.
Sara Guerra