Gastronomía
Garvm, un restaurante en el barrio Raval Roig
El Barrio Raval Roig está situado junto a la playa del Postiguet y en las estribaciones del monte Benacantil, que alberga el Castillo de Santa Barbara. El Raval Roig fue en sus orígenes un barrio marinero situado extramuros de la ciudad. Su eje principal es la Calle de Virgen del Socorro, donde el 28 de junio de 1585 se establecieron los Padres Agustinos, en la ermita que, anteriormente y según las crónicas, fue Casa de los Caballero Templarios. A pesar de ser ellos los que pusieron a la ermita el título de “Nuestra Señora del Socorro”, razón de más por lo que es unos de los lugares imprescindibles para cualquier visitante ya sea por su riqueza cultural típicamente Alicantina como sus impresionantes vistas, de donde podemos apreciar la costa Alicantina.
En este barrio histórico Juan Carlos Mora obtiene el restaurante Garvm.
Juan Carlos, de nacionalidad colombiana, pero totalmente arraigado en la cocina mediterránea, ha sido chef operativo del Hotel Meliá de Alicante durante 12 años. Cansado de la impersonalidad, en el tipo de cocina y servicio que generalmente impera en la restauración hotelera, por la diferencia de clientes, y con el bagaje de tantos años decidió embarcarse en este nuevo proyecto para que, tanto cocina como servicio, se ejercieran de forma más personal y atenta al cliente.
Es un restaurante familiar, de trato muy directo y amable, de local acogedor, que trabaja con productos frescos, de mercado y lonja, y recetas clásicas de la cocina mediterránea, y todo ello por un ticket medio.
Aunque le pedimos recomendación a Juan Carlos optamos por tomar nuestras decisiones a la hora de elegir los platos de carta. Una carta sencilla de entrantes, arroces, pescados, carnes y postres. Aunque, si se prefiere, existen las opciones de menú, para lo que disponen de un menú arrocero, menú tapeo y menú carnívoro a unos precios medios de 25-30 €/persona.
Y empezamos con unas croquetas de jamón ibérico. Yo tengo especial debilidad por las croquetas y la ensaladilla rusa. Si los hay en carta, siempre los pido. Parece mentira, pero el nivel de elaboración de estas “no tan sencillas recetas” me suelen dar el nivel de cocina de toda la carta.
Las croquetas son de rebozo crujiente, salsa bechamel muy cremosa e intenso gusto, por cuanto utiliza la grasa del jamón ibérico para la composición de la bechamel.
Aunque no es temporada de alcachofas, Juan Carlos nos las ofrece pues las tiene preelaboradas y confitadas en aceite. Las presenta abiertas y combinadas con foie gras. El confitado confiere a la alcachofa una textura muy suave.
A continuación, un rodaballo que Juan Carlos nos presenta en la mesa antes de cocinar. De un tamaño inusual, procedente del mar Atlántico, y que cocina al horno con una guarnición de espagueti de mar, que es un trampantojo de los de harina, pero aquí elaborados con sepia cortada muy fina. El sabor tan característico del rodaballo está presente en todos los bocados, debido a su frescura y procedencia.
Y si el arroz está también presente en la carta cómo no pedir el que nos ofrece Juan Carlos, que, de los tres en carta, resulta ser el de secreto ibérico y boletus, de potente y denso sabor que le confiere el fondo de ibérico y las setas. Quizás el menos alicantino, pero no todos los arroces mediterráneos tienen que ser de mar, pues la gran riqueza de la gastronomía alicantina, en cuanto a arroces, nos ofrece múltiples variedades, en la llanura y en la montaña. Pero para quien lo prefiera también tiene un arroz de la huerta con verduras del tiempo, y otro, este sí de mar, de atún rojo, gambas o sepionet o el arroz meloso de pulpo, muy alicantino.
Por último, una degustación de dos postres: un cheesecake de limón y jengibre y un crumble de manzana y albaricoque.
La carta de vinos está muy bien seleccionada y con amplio repertorio de denominaciones de origen. El pan, o más bien coca, que ofrece, muy tierno y acompañado de tres salsas: alioli, tomate y ajo negro.
Si la formación que Juan Carlos ha recibido de su experiencia hotelera es amplia y extensa, en este, su restaurante, su casa, debe acotarla. Pero seguro que el cariño hacia su clientela le llevará a ser ese restaurante familiar que todos queremos tener en nuestro barrio. Y en el barrio del Raval Roig alicantino se llamará Garvm.
Antonio Marqueríe Tamayo. Crítico gastronómico
C/ Virgen del Socorro, 68 03002 Alicante (34) 965 291 712