Cultura de negocios
“La excelencia sin esfuerzo y sacrificio no existe”
Entrevista con Carlos Bosch, CEO de Grupo GastroPortal
Carlos, acabas de recibir la Gran Cruz al Mérito Profesional en Pamplona. ¿Qué ha significado este reconocimiento para ti, y cómo lo entiendes en el contexto de tu trayectoria con Grupo GastroPortal?
Recibir la Gran Cruz al Mérito Profesional ha sido uno de los momentos más emotivos de mi carrera. No porque busque reconocimientos, sino porque representa el trabajo de muchísimas personas que han creído en esta visión desde el principio. Cuando subes a recoger un premio así, no subes solo. Subes con todo tu equipo, con cada persona que ha puesto su corazón en Manero, El Portal, MarMía. Para mí este reconocimiento es, sobre todo, una responsabilidad. Una responsabilidad de seguir haciendo las cosas bien, no bajar el estándar y recordar cada día que la excelencia no es un destino, sino un camino que se recorre con esfuerzo constante.
En el contexto de Grupo GastroPortal, creo que este premio valida algo en lo que siempre hemos creído: que se puede hacer hostelería de lujo en España, con identidad española, sin imitar a nadie, y que eso puede ser reconocido al más alto nivel. Pero también me recuerda que los reconocimientos son efímeros. Lo que perdura es el trabajo diario, el sacrificio, la generosidad con tu equipo y con tus clientes.

Desde Alicante hasta Madrid y ahora Marbella: ¿cómo lográis mantener la esencia de Manero en ciudades tan diferentes y, al mismo tiempo, adaptaros a la identidad de cada destino?
Esa es, sin duda, una de las preguntas más importantes y uno de los mayores desafíos. La clave está en entender que cada ciudad tiene su código, su ritmo, su forma de entender el lujo y la hospitalidad. Madrid es más noche, más intensidad, más cosmopolita. Marbella es más día, más terraza, más internacional, pero con ese aire relajado del Mediterráneo. Alicante es nuestro hogar, nuestras raíces, donde todo empezó. Lo que hacemos es mantener inquebrantable el ADN de Manero: calidad de producto excepcional, servicio impecable, música determinante, interiorismo de lujo atemporal y esa actitud constante hacia la excelencia. Eso no cambia nunca, esté donde esté.

Pero luego, cada Manero cuenta una historia diferente. Cada uno tiene su propia personalidad, diseño y forma de dialogar con el entorno. No hay dos Maneros iguales, pero todo el mundo sabe que son Manero. Eso es muy difícil de conseguir y es resultado de años de trabajo, viajes constantes y obsesión por los detalles.
Trabajamos el interiorismo con un equipo creativo excepcional que entiende nuestra visión. Viajamos mucho, nos inspiramos en los mejores referentes del mundo, como Cipriani, el grupo Moma en París, el Camparino en Milán, pero siempre traducimos esa inspiración a nuestra propia voz. Y hay algo importante: no replicamos. Adaptar sin diluir es nuestro mantra. Buscamos ese equilibrio delicado entre mantener nuestra identidad y respetar la sensibilidad local.

Manero ha aterrizado en Marbella con un proyecto ambicioso en el Hotel Don Carlos. ¿Qué representa para ti esta nueva apertura y qué experiencia queréis ofrecer al público de la Costa del Sol?
Marbella es un sueño hecho realidad. Representa la consolidación de Manero como concepto que puede viajar y adaptarse a diferentes contextos sin perder su alma. El Hotel Don Carlos es un icono de la Costa del Sol, y poder desarrollar allí cerca de 1.000 metros cuadrados con el concepto Campari Bar Manero es un privilegio enorme.

Lo que queremos ofrecer al público de la Costa del Sol es esa mezcla única que solo Manero sabe hacer: el lujo mediterráneo sin ostentación, la sofisticación con cercanía y la excelencia con dignidad. Marbella tiene un público muy exigente, internacional y viajado. Saben de hostelería, conocen lo mejor del mundo. Y nosotros queremos demostrarles que aquí, en España, podemos competir con cualquier referente internacional.
El Campari Bar Manero es un concepto que une dos marcas de lujo en un mismo segmento. Mezclamos la cultura italiana del aperitivo con la filosofía Manero: producto excepcional, música cuidada al detalle, un interiorismo que cuenta historias y ese ambiente donde se genera de forma natural un epicureísmo contemporáneo. Pero, sobre todo, queremos que la gente salga de allí habiendo vivido una experiencia memorable. No solo que hayan comido o bebido bien, sino que se hayan sentido especiales y hayan conectado con algo más profundo.

En tu cuenta hablas de “excelencia con dignidad” y de dejar un legado. ¿Cuál es ese legado que te gustaría que representaran Manero, El Portal o MarMía dentro de la hostelería española?
“Excelencia con dignidad” no es solo un lema, sino una forma de vida. Para mí significa que puedes aspirar a lo más alto, crear experiencias de lujo, competir con los mejores del mundo, pero nunca a costa de perder tu humanidad, ni pisoteando a tu equipo, ni olvidando de dónde vienes.

El legado que me gustaría dejar es triple. Primero, demostrar que la hostelería española puede crear sus propios referentes de lujo, que no tenemos que imitar a nadie: tenemos nuestra propia identidad la cual es valiosa y exportable. Por eso estamos mirando hacia Portugal y Francia para nuestra expansión internacional. Segundo, quiero que Grupo GastroPortal sea recordado como una empresa que trató a su gente con respeto y generosidad. Tenemos 300 personas en el grupo, 200 solo en Manero. Todos cobran por encima del mercado. Respetamos horarios, buscamos conciliación familiar y tenemos una política de incentivos muy importante con condiciones ventajosas que reconocen el esfuerzo y la dedicación de cada profesional. Eso no es filantropía, sino justicia. La gente que te da todo merece todo. Y tercero, el legado más profundo: quiero que cuando alguien piense en disfrutar de la vida, celebrar algo especial o darse un capricho, piense en nuestras marcas. Que Manero, El Portal y MarMía sean sinónimo de buen vivir, momentos que importan y experiencias que se recuerdan. Para dejar un legado así se necesita esfuerzo, sacrificio y una generosidad constante. No hay atajos. La excelencia se construye día a día, con trabajo y pasión, sin perder nunca la humildad de saber que siempre se puede mejorar.

El concepto "gastrolifestyle" que lideras va más allá de la gastronomía. ¿Cómo definirías hoy esta filosofía, y qué valores la hacen tan relevante en el panorama actual?
"Gastrolifestyle" es un concepto que nosotros inventamos hace 18 años, primero con El Portal y luego perfeccionándolo con Manero. Es una filosofía donde la música, la comida, la bebida, el interiorismo y las personas se encuentran en un ambiente de diversión y placer, generando de forma natural un epicureísmo contemporáneo. No es solo ir a comer o a tomar algo. Es vivir una experiencia completa donde cada sentido está cuidado. La música está estudiada al detalle: no solo el contenido sino cómo suena, el volumen, el momento del día. Tenemos un equipo profesional de DJs con 16 años de experiencia en el grupo. El interiorismo cuenta historias: cada rincón tiene algo que decir. El producto es excepcional porque trabajamos con los mejores proveedores, desarrollamos nuestros propios vinos y tenemos la única marca registrada en champagne española. Pero sobre todo, el gastrolifestyle es una actitud ante la vida. Es entender que el lujo no es ostentoso, es poder disfrutar de las cosas bien hechas en un ambiente donde te sientes a gusto. Es esa mezcla de sofisticación con calidez y de excelencia con cercanía.

Lo que hace relevante este concepto hoy es que la gente busca autenticidad. Está cansada de espacios fríos, experiencias impostadas y lujo vacío. Quieren conectar, sentir y vivir momentos que importen. Y eso es exactamente lo que ofrecemos.
Los valores que sostienen el gastrolifestyle son: autenticidad, pasión, atención al detalle, generosidad y la búsqueda constante de la excelencia sin perder nunca la dignidad ni el respeto por las personas.

Uno de los sellos de vuestros espacios es la personalidad visual y el diseño con narrativa. ¿Qué historia cuenta Manero Marbella y qué papel ha jugado el equipo creativo en esta nueva apertura?
Manero Marbella cuenta la historia del lujo mediterráneo internacional, del glamour de la Costa del Sol, de esa Marbella que ha sido referente de estilo de vida durante décadas. Queríamos capturar esa esencia, pero con nuestra propia voz, sin caer en tópicos.
El equipo creativo ha sido fundamental. Contamos con talento excepcional: Raquel Giménez, que lidera el interiorismo dentro del grupo, y hemos colaborado con Lázaro Rosa-Violán, uno de los interioristas más reconocidos de España y del mundo. El proceso creativo nos llevó meses. Primero, entendimos el espacio, el hotel y el público objetivo. Luego definimos qué queríamos contar y qué emociones queríamos generar. Durante todo el proceso seguimos viajando, buscando inspiración, refinando detalles. En Manero Marbella hemos utilizado elementos que son característicos de nuestra marca: los mármoles, el latón, el roble, las lámparas de Murano, las antigüedades y el arte. Todo con ese estilo que puede ser Art Déco o neoclásico, pero siempre creando espacios que parecen haber estado ahí hace 100 años. Buscamos esa atemporalidad. Y luego están los pequeños detalles que hacen único a Manero: el fotomatón y los chistes de Chiquito en los baños. Esos toques de humor y cercanía que rompen con la solemnidad y te hacen sonreír.

Nuestro equipo creativo no solo diseña espacios, sino cuenta historias que la gente vive y siente. Esa es la diferencia. En particular, me llena de orgullo mencionar que nuestro trabajo en Manero Marqués de Cubas ha sido reconocido con el Premio Extraordinario de Arquitectura de Madrid. Es un reconocimiento que valida nuestra apuesta por crear espacios que no solo sean bonitos, sino que tengan alma, cuenten historias y perduren en el tiempo.

¿Qué aprendizajes te ha dejado esta etapa de crecimiento, desde los inicios en Alicante hasta liderar uno de los grupos gastronómicos más influyentes del país?
Los aprendizajes han sido inmensos, y muchos de ellos han venido de momentos duros. La pandemia, por ejemplo, fue brutal. Teníamos Claudio Coello terminado, a punto de abrir, y llegó el COVID. Mantuvimos 45 empleados contratados con el negocio cerrado sin abrir durante un año. Fue uno de los momentos más difíciles de mi vida profesional. Pero ahí aprendí que la resiliencia no es una palabra bonita, es levantarte cada día y seguir planificando y creyendo, incluso cuando todo parece derrumbarse.

He aprendido que el crecimiento sin consolidación no sirve de nada. Por eso ahora nuestro proyecto es consolidar todo lo que está abierto, llevar el estándar de servicio y calidad por encima del mercado antes de seguir expandiendo. He aprendido que el equipo lo es todo. Puedes tener la mejor idea del mundo, pero si no tienes gente que la ejecute con pasión y excelencia, no funciona. Por eso invertimos tanto en nuestro equipo, en pagarles bien, cuidarles y formarles. No es gasto, es inversión. He aprendido que la humildad es fundamental. Hemos tenido mucha suerte y hemos cometido pocos errores significativos, pero eso no significa que no podamos equivocarnos. Cada día es una oportunidad para mejorar, aprender y perfeccionar lo que hacemos. He aprendido que el éxito sin valores no vale nada. Puedes crecer mucho, ganar mucho dinero, tener reconocimiento, pero si lo haces pisoteando a la gente, sacrificando tu integridad, perdiendo tu esencia, ese éxito está vacío. La excelencia con dignidad no es negociable. También he aprendido a rodearme bien. Mi relación con los proveedores, por ejemplo, es de socios estratégicos. Trabajamos con Dom Pérignon, Campari, grandes productores de vino, chacinas, sobre todo, con productores excepcionales. Sin ellos sería imposible hacer nuestro trabajo. La generosidad y el respeto mutuo son la base de esas relaciones. Y algo muy personal: he aprendido a organizarme mejor. Mi vida está dividida entre Alicante, donde paso tiempo con mis hijos, y Madrid, donde construyo el proyecto empresarial. Esa conciliación es fundamental. No puedes construir nada sólido si descuidas a tu familia.
Y una curiosidad para cerrar: ¿sigue teniendo sentido para ti ese primer espíritu que te llevó a abrir Manero? ¿Qué te sigue inspirando hoy para seguir creando?
Sigue teniendo todo el sentido del mundo. De hecho, diría que ahora más que nunca. Cuando abrimos el primer Manero en diciembre de 2017 en la calle Manero Mollá, número 7 de Alicante, teníamos una visión clara, pero también muchas incertidumbres. No sabíamos si íbamos a poder crear algo escalable, competir en Madrid y resonar con el público. Siete años después, con cinco locales funcionando, reconocimientos como el de TheFork como mejor restaurante de España, los Soletes de la Guía Repsol, recomendaciones en la Guía Michelin, siendo finalistas de interiorismo por HIP dos veces, todo eso valida que ese primer espíritu era correcto. Pero no nos quedamos ahí. No nos conformamos.

Lo que me sigue inspirando cada día es la posibilidad de crear experiencias que importen. Ver a la gente disfrutar en nuestros espacios, ver cómo se emocionan, vuelven, nos recomiendan, eso no tiene precio. Es la gasolina que me mueve. Me inspira mi equipo: ver a las 300 personas del grupo trabajando con pasión, mejorando cada día y creciendo profesionalmente. Saber que estamos creando oportunidades y tratando a la gente con dignidad y generosidad. Eso me llena de orgullo. Me inspira el desafío: tenemos los ojos puestos en Lisboa, Paris y otros lugares estratégicos para la internacionalización. Queremos demostrar que el concepto Manero puede funcionar fuera de España. Queremos seguir desarrollando nuevos formatos como Manero Café, Casa Manero, Casa Manero como hotel boutique. Hay tanto por hacer, tanto por crear. Pero, sobre todo, me inspira la convicción profunda de que lo que hacemos tiene valor, que estamos construyendo algo que perdurará y que estamos dejando un legado -no solo empresarial, sino también cultural. Estamos demostrando que la hostelería española puede jugar en primera división mundial. Y os voy a ser muy honesto: me inspira también la responsabilidad que siento. Cuando recibes reconocimientos como estos, cuando la gente te mira como referente, tienes la responsabilidad de hacerlo cada día mejor, no bajar el estándar, seguir siendo ejemplo de que se pueden hacer las cosas bien, con esfuerzo y sacrificio, pero también con generosidad y dignidad.
Mi consejo para cualquiera que quiera emprender en hostelería de alto nivel es simple, pero exigente: invierte mucho, trabaja mucho y no pierdas nunca la ilusión. El camino es duro, lleno de sacrificios, pero si lo haces con pasión y valores, si tratas bien a tu gente, si no te olvidas de dónde vienes, el resultado vale cada gota de sudor. La excelencia sin esfuerzo no existe. Pero cuando la consigues manteniendo tu dignidad y tu humanidad, cuando construyes algo que hace feliz a la gente, cuando creas oportunidades para los demás, ahí es cuando el éxito tiene verdadero sentido.
El Portal: C/ Bilbao, 2, 03001 Alicante, +34 965 143 269, www.elportaltaberna.es
Manero Balmis: Plaza Dr. Balmis, 1, 03001 Alicante, +34 966 603 503, https://barmanero
Manero Mollá: C/ Médico Manero Mollá, 7, 03001 Alicante, +34 966 601 132, https://barmanero.es
Manero Coello: C/ Claudio Coello, 3, 28001 Madrid, +34 911 042 760, https://barmanero.es
Manero Marqués de Cubas: C/ Marqués de Cubas, 14, 28014 Madrid, +34 910 550 622, https://barmanero
Manero Marbella: Avda. Zurita, s/n, 29604, Marbella, +34 951 053 333, https://doncarlosresort.com/es/restaurantes-bares/campari-bar-manero
MarMía: Pl. de Isabel II, 7, 28013 Madrid, +34 913 309 384, https://www.marmia.es









