Gastronomía, Salud

El vino y la responsabilidad social

2019-12-10 176 Vistas
El VINO es la más antigua bebida dietética y el más importante agente medicinal en uso continuado a través de la historia de la Humanidad
El ALCOHOL es un componente esencial del vino, contribuye a su estructura y sabor

 

Sin embargo, el alcohol es una sustancia que puede generar adicción y que, consumido en exceso, puede tener consecuencias negativas para la salud, felicidad y seguridad económica de las personas.

Hablar de alcohol como droga o alcohol y otras drogas es, además de falso, contraproducente en términos de los esfuerzos de prevención de las drogodependencias.

El alcohol per se NO es perjudicial para la salud. Es contraproducente un abuso y consumo excesivo que todos rechazamos.

La inclusión del alcohol en el concepto droga también resulta muy perjudicial en materia de prevención. Banaliza el concepto de droga y disminuye la percepción de su riesgo, favoreciendo, además, un consumo inadecuado entre los más jóvenes, por ejemplo. El consumo responsable, sensato y moderado por parte de los adultos permite que el alcohol sea perfectamente compatible con una vida saludable. Incluso, científicos y médicos han corroborado los efectos cardiovasculares beneficiosos del etanol o alcohol de origen agrícola presente en todas las bebidas de contenido alcohólico.

Sobre las cualidades beneficiosas y perjudiciales del vino se han realizado numerosas investigaciones en las que hay un claro consenso dentro de la ciencia. La ciencia médica intenta investigar la frontera entre el consumo perjudicial y el beneficioso.

La frontera es un consumo por debajo del intervalo que va desde los 250 ml/ día hasta los 300 ml/ día (un tercio de una botella estándar de 750 ml) para una persona adulta de unos 70 kg de peso.

Por otro lado, la valoración cultural del vino refleja la diversidad de las regiones vitícolas, sus gentes, el savoir vivre y los hábitos culinarios. Como buen bebedor de vino, con el paso de los años, he llegado a la conclusión de que sólo si el vino se degusta de forma moderada y lenta, se pueden apreciar y disfrutar plenamente su carácter y sus sabores únicos y complejos, junto con los matices que lo acompañan, tanto en la vista como en nariz y en boca.

Disfrutar de una copa de vino con amigos, en pareja o solo es uno de esos placeres que nos da la vida a cambio de nada…

Christian Climent. Abogado