Gastronomía
Exótico Lounge Bar Benidorm, cocina de fusión divertida
Canción recomendada para la lectura de esta reseña: What a Fool (Love Last Episode, 2018)
La comida no es sólo una necesidad básica. Es una experiencia que abarca todos los sentidos y puede convertirse en un viaje emocional y cultural. Cuando se trata de disfrutar de una experiencia culinaria excepcional, uno de los nombres que inevitablemente me vienen a la mente es Ferran Adrià, el maestro detrás del icónico restaurante El Bulli. El Bulli fue un pionero de la experiencia gastronómica. Yo lo visité quince veces. Ubicado en la costa de Cataluña, El Bulli se convirtió en un faro de innovación y creatividad en el mundo de la alta cocina. Ferran Adrià, el chef visionario detrás de este templo culinario, transformó la forma en que entendemos y disfrutamos de la comida. Su enfoque en la experiencia gastronómica fue revolucionario y dejó una huella imborrable en la historia de la cocina moderna. En El Bulli, Ferran Adrià no solo creaba platos exquisitos, sino que diseñaba experiencias sensoriales completas para sus comensales. Cada comida era una obra de arte cuidadosamente elaborada, donde la estética, la textura y el sabor se combinaban para crear un viaje emocional único. Sus platos desafiaban las expectativas y estimulaban la imaginación. Era como si los comensales fueran llevados a un mundo paralelo de sabores y emociones. Había mucho de sorpresa, mucho de algo que no esperabas y, por tanto, mucha generación de dopamina que es el principal neurotransmisor responsable del placer y que responde al estímulo de lo inesperado. El Bulli cerró sus puertas en 2011, pero su influencia en el mundo de la gastronomía sigue siendo palpable. Ferran Adrià no solo transformó la forma en que comemos, sino que también inspiró a una generación de chefs a abrazar la experimentación y la creatividad en la cocina. Su énfasis en la experiencia gastronómica como un todo, desde la atmósfera del restaurante hasta la presentación de los platos, ha dejado una marca indeleble en la industria.
Hoy en día, vemos cómo la alta cocina y los restaurantes de vanguardia continúan explorando y expandiendo los límites de lo que es posible en la experiencia gastronómica. La comida se ha convertido en una forma de arte en constante evolución, donde los chefs se esfuerzan por sorprender y emocionar a sus comensales. En última instancia, la experiencia de comer en un restaurante como El Bulli nos recordaba que la comida va más allá de la nutrición; es una manifestación de la creatividad humana y una oportunidad para conectarnos con nuestros sentidos y con los demás. Es un recordatorio de que la comida puede ser una fuente de alegría, asombro y exploración, y que cada comida puede convertirse en una experiencia inolvidable.
En el capítulo de formas de generar sorpresa están los sabores de la llamada “cocina fusión”, sobre todo cuando se prueba por primera vez. Mi primera vez fue hace unos 35 años, aproximadamente, cuando fui a Londres a conocer el restaurante Nobu, del también famoso cocinero Nobuyuki Matsuhisa, que se considera creador de la moderna cocina fusión (aunque ésta siempre la ha habido en todas las épocas) y, hoy, con un imperio gastronómico de 34 restaurantes repartidos por todos los continentes.
Mi segunda sorpresa cuando fui por primera vez al restaurante DiverXo de Dabiz Muñoz, hoy con tres estrellas Michelin, que había trabajado en Nobu de Londres, cuando estaba ubicado en un pequeño local, cerca de Plaza de Castilla, en Madrid, donde no cabían en la cocina (a la que se subía con tres peldaños) y tenían que emplatar en el vestíbulo de entrada. Cuando no tenía estrella Michelin, no estaba considerado el mejor restaurante del mundo, él no era famoso ni mediático, pero era casi imposible conseguir mesa en el restaurante. Me sorprendí también la segunda vez, cuando cambió de local y ya no tanto la tercera tras concederle la primera estrella Michelin.
Lo que sorprende de la cocina es la combinación de sabores, muchos de ellos procedentes de cocinas como la china, japonesa, coreana, tailandesa, vietnamita (éstas últimas conocidas como orientales), la peruana, la mexicana y sobre todo el gran desconocimiento que tenemos de ellas. Para paladares acostumbrados a determinados sabores, la irrupción de sabores de cocinas de países orientales o suramericanos constituye toda una novedad. La moda ha incorporado un interiorismo sugerente, una coctelería creativa y la música de DJ.
Todo esto es la sorpresa que van a experimentar en el restaurante Exótico Lounge Bar Benidorm, ubicado en el hotel Primavera Park, de Benidorm (Alicante), recientemente remodelado, para disfrutar de un momento muy divertido.
El local está modernamente decorado con una barra-cocina abierta a los comensales, una barra de coctelería en el centro y un escenario, en el extremo opuesto, para actuaciones y música de DJ.
Como directores de este proyecto están los hermanos Sara y Román Mayor, que pertenecen a la familia propietaria del hotel y que, entre otros negocios familiares, supervisan muy de cerca todo lo que se relaciona con el restaurante, entre otras cosas, la elección del chef Jefferson Lugmaña, de nacionalidad ecuatoriana, y a Daniel, como jefe de barra y coctelería. Jefferson ha trabajado en el hotel Asia Gardens de Benidorm, con el grupo Gastrogroup de Benidorm en el restaurante The Grill y realizado un stage de 8 meses con Ricard Camarena, chef valenciano galardonado con 2 estrellas Michelin.
La carta es compacta y está dividida en Entrantes, Platos principales y Postres. Existe un capítulo de platos de acompañamiento donde se incluye el pan y alguna ensalada.
La carta de bebidas incluye un capítulo de coctelería de autor, a cargo de Daniel. En el capítulo de vinos, la carta incluye un gran surtido de tintos si bien está por completar en vinos blancos y rosados.
Experiencia gastronómica en Exótico Lounge Bar Benidorm
Mientras nos presentan a todo el equipo, nos ofrecen un cóctel. En vez de los de autor que figuran en carta y que con posterioridad probaremos, elijo uno de mis preferidos: “Whisky Sour”. Me lo han preparado de muchas maneras, pero sólo hay una forma clásica de prepararlo: whisky Bourbon, jugo de limón, sirope de azúcar, clara de huevo y 2 gotas de angostura. El sour se refiere a la acidez del limón. Es perfecto para preparar el paladar a una comida y perfecto como lo ejecuta Daniel.
Junto a la cesta de panes caseros variados, una colección de AOVE Elizondo, uno normal, otro con sabor a trufa negra y otro a chocolate negro. Estos dos últimos, sorprendentes.
Las primeras recomendaciones son dos entrantes. El primero, Burrata al carbón que se sirve sobre un pan de focaccia y se acompaña de pesto verde, rúcula, una tapenade y frutas del bosque (fresas y moras). Plato de inspiración en la cocina italiana. La burrata es un queso fresco de leche de vaca, de pasta filata y de forma redonda, y el pesto es una salsa elaborada con albahaca fresca, piñones, ajo, queso Parmigiano o Grana Padano y AOVE. La tapenade es una pasta de aceitunas machacadas con alcaparras, anchoas y aceite de oliva, típica de la Provenza francesa. Combina sabores frescos y cremosos con toques de ahumado y salado. El pesto le aporta un sabor herbáceo y la tapenade, un sabor salado y umami. Las frutas del bosque añaden un toque de dulzura y frescura. La combinación de sabores es muy acertada y el conjunto es muy armonioso.
El segundo entrante es Tataki de atún patudo. El tataki es una forma de preparar el pescado o la carne en la cocina japonesa donde se cocinan brevemente en un grill o sartén, posteriormente se marinan ligeramente en vinagre y jengibre molido y por último se filetean. El atún patudo es un túnido que proviene de los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, pero ausente en el mar Mediterráneo. Se acompaña de alga wakame, tomate cherry trufado y mayonesa de trufa. Plato de sabores frescos y marinos con toques de umami y trufa.
Carpaccio de ternera madurada 45 días, cebolla ahumada, glaseada en sobrasada y encurtidos persas. Se dice que el carpaccio fue inventado en 1963 por Giuseppe Cipriani del Harry’s Bar de Venecia y se popularizó durante la segunda mitad del siglo XX. Se acompaña de cebollas asadas y glaseadas (cobertura cremosa) en una salsa de chili dulce (sweet chili) típica de la cocina china y thai, unos encurtidos (marinados en vinagre) de pepinillos, tápenas y berenjenas y dos mayonesas -una de chile chipotle (variedad de pimiento mexicano) y otra de trufa. Así es que en este plato se juntan Italia, China, Tailandia, México y en la parte de los encurtidos intervendrían numerosos países. Es un plato de pura fusión.
Mezcla de pescado a la parrilla sobre risotto negro, mezcla de mariscos y tapenade de frutas. Exactamente es un combinado de atún, salmón, dorada y langostino. En la base, un arroz negro muy meloso y contrapuntos de mayonesa de wasabi. El risotto negro y la mezcla de mariscos le aportan profundidad y complejidad, mientras que la tapenade de frutas y la mayonesa de wasabi le añaden unos toques exóticos.
A continuación, dos principales. El primero, Pulpo a la brasa con puré de patata violeta, alioli de cilantro y miel y panceta crujiente, se acompaña de “pico de gallo”, ensalada típica de la gastronomía mexicana, con jitomate (que es como allí se llaman nuestras variedades de tomate), cebolla y chile picados en brunoise. A menudo incluye también cilantro, orégano, queso panela, aguacate, comino y/o jugo de lima (llamada “limón” en México). El chile puede ser jalapeño o serrano y en este caso, siendo el primero, suavemente picante. Es una combinación de sabores marinos, dulces, ácidos y salados. El pulpo tiene un sabor marino. El puré de patata violeta le aporta un sabor dulce y cremoso. El alioli de cilantro y miel aporta un matiz dulce, ácido y picante. La panceta crujiente añade notas saladas y grasas. El pico de gallo aporta un sabor fresco, ácido y picante. En resumen, una sinfonía de sabores.
El segundo, Solomillo de ternera al estilo “surf y césped” y gambas a la plancha flambeadas en tequila. “Surf y césped”, realmente denominado “surf and turf”, es una combinación norteamericana de carne de vaca y marisco, que puede ser langostino o langosta. Es como un mar y montaña a la americana. Está acompañado de una salsa reducida de vino tinto, y Jefferson lo versiona con una mayonesa de chile chipotle. Este plato es una combinación deliciosa y equilibrada de sabores. El solomillo de ternera y las gambas a la plancha son los ingredientes principales y sus sabores intensos son los protagonistas. La salsa reducida de vino tinto y la mayonesa de chile chipotle le aportan profundidad y complejidad, creando un plato muy sabroso y satisfactorio.
De postre, para aquellos que les encanta lo dulce, Torrija caramelizada con sopa de cereza, azahar y helado de pistacho. Explosión dulce matizada por la acidez de la cereza, los florales del azahar y fruto seco que, como sabrán, es originario de las regiones montañosas de Siria, Turquía, Irán y Afganistán occidental.
Más interesantes son los dos cócteles finales, esta vez de los que figuran en carta como de autor: “Beso de sapo”, con licor de melón, vodka, cordial de limón y jengibre;
y “Green Leaf” con ginebra, flor de saúco, zumo de limón, cordial de pepino, albahaca y Ginger ale que, en sí mismos, constituyen toda una fusión de sabores en sintonía con el tipo de cocina.
En definitiva y como su nombre indica, todo muy exótico y un rato muy divertido que espero que Uds. también puedan disfrutar.
Antonio Marqueríe Tamayo. Crítico gastronómico
C/ Primavera,
4 03501
Benidorm
+34 965 860 022
exotico@primaverahotels.com
https://exotico.primaverapark.com/
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