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La IA anticipa que el traductor humano nunca “morirá”
Los vertiginosos avances tecnológicos en el mundo de la Inteligencia Artificial (IA) predicen que algún día se podrán realizar traducciones automáticas con un nivel de calidad, sentido y adaptación tan elevados que cambiarán la figura del traductor, tal y como la conocemos hasta ahora, por la de poseditor. La posedición se define como el proceso de verificar, corregir y mejorar una traducción automática, con la finalidad de explicar una idea y no solo palabras.
La capacidad de la IA para crear textos, traducciones, imágenes, diseños o música a partir de una serie de instrucciones empieza a asustar a los expertos. Recientemente han firmado una carta abierta más de un millar de intelectuales, empresarios e investigadores de primer nivel relacionados con esta tecnología. Abogan por una moratoria en su desarrollo para recapacitar sobre las consecuencias inmediatas de su universalización a todas las actividades humanas. Piden frenar la investigación de la IA generativa y declaran literalmente que puede tener efectos catastróficos en la sociedad. Algunos nombres ilustres entre los firmantes son Elon Musk y Steve Wozniak.
Pero ¿qué es la IA generativa? La Inteligencia Artificial Generativa (IAG) es una rama de la IA que se enfoca en la generación de contenido original a partir de datos existentes. Esta tecnología utiliza algoritmos y redes neuronales avanzadas -en las que se basa la traducción neuronal-, para aprender de textos e imágenes y luego generar contenido nuevo y único.
Al igual que ocurre con ChatGPT o GPT-4 que nos sorprenden por la calidad y coherencia de sus textos pero que requieren todavía de una revisión y corrección final por parte de un profesional de la lengua en la que el texto está escrito, quizás en un futuro próximo ocurra lo mismo con la actividad traductora. La IA hará el grueso del trabajo de la traducción y posteriormente un especialista hará un trabajo de posedición.
La inteligencia artificial en la traducción automática
Todos sabemos que si hoy usamos un traductor automático para contenidos personales (para un WhatsApp o email) su utilidad es innegable, pero a nadie serio se le ocurre utilizar esta herramienta para traducir el prospecto de una medicina, un contrato o simplemente un catálogo comercial, pues la imagen que se transmitiría sería lamentable y, además, podría dar lugar a incongruencias e incomprensiones.
A lo largo de los años, han surgido diversos tipos de traducción automática que se pueden resumir en estos enfoques más comunes:
- Traducción automática basada en reglas (RBMT): Este enfoque utiliza reglas gramaticales y léxicas predefinidas para traducir el texto de un idioma a otro. Puede ser efectivo para traducciones gramaticalmente correctas.
- Traducción automática estadística (SMT): El enfoque se basa en el análisis de grandes corpus de texto bilingüe para identificar patrones y probabilidades de traducción. Puede generar traducciones más naturales en comparación con la RBMT.
- Traducción automática neuronal (NMT): Este tipo de traducción automática procesa el texto de manera similar al cerebro humano y se adapta constantemente para mejorar su rendimiento. Ofrece traducciones más precisas y fluidas.
- Traducción automática híbrida: Dicho enfoque combina elementos de la RBMT, la SMT y la NMT para optimizar la calidad de las traducciones. Proporciona resultados más precisos y naturales.
Los traductores son considerados “embajadores culturales” por el Consejo Europeo, mientras que, para la UNESCO, traducir es una actividad que “favorece la transmisión de las ideas”.
¿Quién no se ha topado alguna vez con traducciones al español de instrucciones de uso de algunos productos de otros países carentes de traducción profesional?
Ninguna empresa o institución desea fallar en la comunicación con sus clientes, usuarios, socios, proveedores y público en general.
Hoy en día, a pesar de las cuantiosas inversiones realizadas por empresas del calibre de Google, Apple, Amazon o Facebook, no es posible realizar una traducción automática con una calidad sobresaliente. Supongo que las grandes empresas tecnológicas siguen invirtiendo e investigando para lograr un traductor automático multilingüe que mejore a los existentes.
Existen diversas barreras aparentemente infranqueables en el desarrollo de traductores automáticos que hacen inviable el que puedan sustituir a la traducción humana.
- La 1ª barrera es la incapacidad del software de reproducir la reflexión metalingüística de los seres humanos y su falta de precisión.
- La 2º es relativa a la “cultura”, que es un acervo subjetivo difícilmente captable por la IA. No hay razonamiento contextual.
- La 3º es la existencia de las metáforas, matices y de la ironía humana, y la dificultad que entraña en algunas lenguas el tratamiento de tú o de Vd.
- Una 4ª barrera nos la podemos imaginar a la hora de traducir un texto escrito desde los sentimientos.
Nadie duda de que la interpretación correcta de un texto no es solo una pura cuestión sintáctica o gramática, de ahí la dificultad no solo para la IA sino para el propio humano de realizar una traducción lo más fiel posible al sentido dado por el autor en su lengua original.
Veamos un resumen casi literal de lo que responde ChatGPT si le preguntamos acerca de la perfección de la traducción automática en la actualidad.
La tecnología de traducción automática ha avanzado mucho en los últimos años, pero no es perfecta. Si bien puede ser muy útil para obtener rápidamente la esencia de un texto en otro idioma, aún existen muchos desafíos que dificultan que la traducción automática logre resultados perfectos.
Uno de los mayores desafíos es la variabilidad del lenguaje humano. Los idiomas pueden tener varios significados para la misma palabra o frase según el contexto y, a menudo, hay matices sutiles en el significado que pueden ser difíciles de captar en una traducción. Además, la gramática y la sintaxis pueden ser diferentes entre idiomas, lo que dificulta transmitir con precisión el mismo mensaje en otro idioma.
Otro desafío es la calidad del texto fuente. Los sistemas de traducción automática funcionan analizando patrones en el lenguaje y haciendo predicciones basadas en esos patrones, pero si el texto de origen está mal escrito o contiene errores, puede ser difícil que el sistema lo traduzca con precisión.
En general, aunque la tecnología de traducción automática puede ser muy útil en muchas situaciones, no es perfecta y debe usarse con precaución. Siempre es una buena idea que una persona revise cualquier traducción para garantizar la precisión y evitar errores de comunicación.
Según Frédéric Ibáñez, responsable de Alphatrad Spain, filial del Grupo Optilingua Europa:
ChatGPT no es un programa de traducción en toda regla, pero el software de código abierto ChatGPT sí es capaz de traducir palabras, frases o textos enteros en muchos idiomas, gracias a técnicas de inteligencia artificial de alto rendimiento aunque requiere imprescindiblemente de la intervención humana.
La empresa especializada en servicios lingüísticos avanzados, Alphatrad Spain reta a cualquier usuario de traducción neuronal (traducción automática Google, o Google Translate, Amazon Translate, traducción automática Facebook, o traducción automática You Tube) frente a la traducción profesional realizada por sus integrantes para textos de cierta complejidad.
En el futuro, la profesión de traductor cambiará por la de poseditor, de tal manera que la IA hará la traducción, pero siempre necesitará la traducción humana, es decir la traducción profesional, para textos no simples. El trabajo del traductor no va a desparecer, solo se va a transformar como el de tantos otros.
Supongo que los ingenieros en IA tendrán en cuenta lo que Platón decía del lenguaje a la hora de diseñar ese traductor automático cuasi perfecto. Decía que el lenguaje era algo así como “un mal necesario, un medio de expresión imperfecto que sólo distorsiona la realidad cada vez que se utiliza”.
Fernando Calvo