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Reactivando negocios y contactos en D’els Artistes (Altea)

2021-11-03 674 Vistas

Altea es una de las joyas de la costa alicantina, pero, a diferencia de muchas otras, marca unas diferencias muy singulares. Aquí encontramos dos zonas muy bien diferenciadas: la que rodea el paseo marítimo y al mar Mediterráneo y la parte histórica que viene delimitada por todas aquellas calles que te lleven a la iglesia de la localidad. Ambos espacios están perfectamente delimitados y viven en una perfecta cohabitación: por la mañana, los turistas o visitantes que recorren el paseo pueden visitar por la tarde el singular laberinto de sus calles que supone el casco histórico.

Hay que reconocer que la buena fama que rodea a la localidad viene precedida por la presencia de Antonio Gades y de Marisol a finales de la década de los años 70. La fama de ambos atrajo a un buen número de artistas, los cuales situaron a Altea en los mapas del turismo europeo, recordando un poco el fenómeno que se vivió en Ibiza en los años 50 y 60. Gracias a este periodo atrayente, la hostelería se vio muy beneficiada generando una gran industria y la aparición de unos restaurantes muy recomendables.

En principio, es posible que la parte próxima al mar tuviera un primer tirón, pero éste se vio muy bien contrarrestado por lo atrayente que era visitar la Altea histórica y posteriormente poder comer o cenar en los restaurantes que se encontraban muy próximos a su iglesia. Uno de esos locales que gozó de una merecida fama fue el restaurante D’els Artistes el cual ofrecía una imponente terraza que coronaba la plaza de la iglesia.

A principios de este siglo, el cocinero suizo Roland Broggi y su mujer Helen van Esch decidieron hacerse con su traspaso e iniciar allí una nueva etapa de trabajo. Su cocina se mantiene muy viva dentro de una ejecución muy clásica, pero desarrollada con un estilo y unas hechuras impecables, donde los sabores tradicionales perviven y transmiten la gran calidad del producto y los ingredientes que utilizan en todos sus platos.

El sábado 23 de octubre, en D’els Artistes, Grupo Impuls realizó un networking cuyos asistentes pudieron disfrutar de la riqueza de las chacinas de Joselito: la coppa y el lomo, ambos ibéricos. No podían faltar las ostras de La Belle Huître, en concreto, las especiales Belle du Nordet que nos transmiten gran redondez y equilibrio. Su carne es poderosa, de gran sabor e intensidad, pero también ponderación. Se crían en las partes altas de Normandía y suelen pasar entre dos y tres años en contacto con algas y aguas dulces.

Una vez sentados en las mesas pudimos disfrutar de una de las especialidades suizas: terrina de foie mi-cuit. Un foie elaborado con precisión y gran calidad, de sabor intenso y penetrante, con un toque graso, pero muy bien equilibrado.

Continuamos con una crema de mariscos, con vieira y colas de gamba con un sutil toque de jengibre que le aportaba un toque muy fresco.

 

El tratamiento del pescado también es una de las especialidades del local: nos ofrecieron un rodaballo con verduras. Vuelve a bordar la cocción del pescado, lo que le aporta una gran jugosidad.

Para finalizar, nos encontramos con un solomillo cubierto de una delicada salsa de setas, cubriendo la ternera con unas colmenillas de suave sabor. Una delicia para finalizar la comida.

El postre fue un helado de biscuit con toques de vainilla y nata, gustoso y delicioso.

Unido a ello, la gran hospitalidad que Helen ofreció en todo momento.

Pedro G. Mocholí. Crítico gastronómico

Plaza de la Iglesia, 6 03590 Altea +34 965 841 269 http://losartistasrestaurante.com/es/